Ferrari
Ferrari
Ferrari, dirigida por Michael Mann autor de películas como Heat y Collateral, en la que Adam Driver y Penélope Cruz avivan el romanticismo trágico en este biopic de Enzo Ferrari, que retrata su lucha por mantener a flote su pasión por el automovilismo y su vida familiar.
Ferrari nos sumerge en el verano de 1957, cuando la empresa pasaba por dificultades económicas amenazada con la bancarrota, mientras que Enzo Ferrari (Adam Driver) arrastraba el trauma de la pérdida de su hijo Dino (fallecido a los 24 años por una distrofia muscular) y mantenía una doble vida junto a su esposa Laura Garello (Penélope Cruz), que es esa oscuridad para Enzo Ferrari y su amante Lina Lardi (Shailene Woodley), que por un lado es ese rayo de luz para Enzo y un ser despreciable para Laura. Ferrari se embarca en una arriesgada apuesta: jugárselo todo en la carrera más importante de su vida, la Mille Miglia, una competición que recorre 1.000 millas a lo largo de Italia.
Michael Mann se rodea de un buen reparto para presentar este biopic atípico y profundo. Una historia que combina magistralmente el drama íntimo, personal y familiar con las carreras automovilísticas y su actividad empresarial. Resaltan las buenas actuaciones, en especial la caracterización de Adam Driver como Enzo Ferrari, en la que no solo se mete en el papel, sino que es capaz de demostrar sentimientos y transmitirlos a través de la pantalla. Además, Penélope Cruz brilla con una actuación notable como Laura Ferrari, aportando profundidad y emotividad al personaje, como, en este caso, el de una mujer hundida por la pérdida de su hijo y golpeada por una sociedad patriarcal que solo la valora como madre y se merece conocer y contar su historia, ya que fue muy importante en el nacimiento de la marca y de las primeras inversoras de Ferrari. Al final Michael Mann y Penélope Cruz, le dan voz a esta mujer olvidada y enterrada en la historia de una compañía liderada por hombres, que representa la historia de tantas mujeres de esa época, así como hoy en día, que no tenía el lugar que podría haber tenido perfectamente.
Como puntos negativos podría mencionar que tiene un inicio demasiado lento, sin fuerza, la película tarda en arrancar y una banda sonora muy olvidable. Pese a esto, la película gana en la filmación de las carreras de coches con una soberbia dirección de fotografía y en las escenas entre Adam Driver y Penélope Cruz, generando tensión e interés que no aburre en ningún momento.
Recomiendo esta película si os interesan las películas biográficas y las películas dramáticas, así como las carreras de coches también. Es una pena que no haya tenido la trascendencia esperada, ya que la película tiene muchas virtudes entre sus escenas de acción y la historia de su vida amorosa, la familia y la pérdida.
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